Lenguaje de los monos vervet
El lenguaje animal más sofisticado que se ha estudiado es el de los monos vervet que habitan África del Este.
Son del tamaño de un gato, viven en la sabana o el bosque y se ubican tanto en los árboles como sobre el suelo.
Alrededor de tres cuartas partes de las muertes de vervet son causadas por sus depredadores. Si uno es un mono vervet, es indispensable saber la diferencia entre un águila, que es el mayor asesino de vervets, y un buitre, que planea en el aire de manera similar pero come carroña, por lo que no representa amenaza alguna para los vervet.
Es vital actuar adecuadamente cuando aparece el águila y es indispensable avisarles a los parientes. Si uno falla al identificar al águila, muere, y si uno no le avisa a los parientes, ellos mueren, llevándose nuestros genes.
Si uno lanza una llamada de alarma cuando aparece un buitre, está uno gastando energía inútilmente en medidas defensivas mientras los demás miembros de la colonia están comiendo pacíficamente.
Como viven en grupos y compiten entre grupos por los recursos, también deben saber quién es quién. Deben reconocer monos intrusos que vienen de otro grupo, monos con los que no tienen parentesco y pueden robarles comida, o monos que son parientes y pueden confiar en ellos.
A partir de los 60´s se les empezó a observar sistemáticamente y se descubrió que lanzan llamadas de alerta distintas entre ellas cuando identifican águilas, leopardos y serpientes. Hay evidencias que el grupo reacciona de manera diferente ante cada una de las llamadas. Si se trata de leopardo, todos suben a los árboles. Si se trata de águila, todos voltean al cielo.
Responden de manera diferente a los miembros dominantes que a los miembros subordinados del grupo. Y responden de manera diferente cuando esos individuos provienen de otro grupo. Aun más, responden distinto a las llamadas de sus mamás, de sus abuelas, de sus hermanos o de los demás miembros del grupo.
Cuando un menor grita, la madre responde a su llamado, pero la reacción de los demás miembros del grupo es diferente. Todos voltean a ver a la madre como esperando que reaccione.
Los experimentos que Robert Seyfarth y Dorothy Cheney han hecho con los vervet han inclusive demostrado que si reproducen en una grabadora los sonidos que ellos emiten, es posible replicar su comportamiento.