La evolución es inevitable
El matemático inglés Godfrey Harold Hardy y el médico alemán Wilhelm Weinberg postularon en 1908 de manera independiente un principio, conocido como el principio Hardy-Weinberg, que dice así:
"La composición genética de una población permanece estable siempre y cuando no existan fuerzas externas que la modifiquen".
Esto significa que en teoría, si nada ajeno sucede, las poblaciones permanecen idénticas indefinidamente.
La realidad no es así. Las poblaciones van cambiando pues siempre existen fuerza externas, como puede ser la selección natural, las mutaciones, el apareamiento no aleatorio, la deriva genética, la emigración, la inmigración, la escasez de recursos, por citar algunos casos.
Pongamos un ejemplo:
Supongamos que tenemos una población con un gen que puede venir en dos versiones (alelos) distintas: el C que es dominante y responsable del fenotipo de ojos cafés, y el a que es recesivo y responsable del fenotipo de ojos azules.
Supongamos también que el 60% de los alelos en la población son C y el 40% son a, los cuales van a ser heredados a la progenie.
Si los individuos de nuestra población se aparean de manera aleatoria, el fenotipo de la progenie será como se muestra en la primera figura. Habrá individuos con ojos cafés debido a que tendrán la combinación CC, aC o Ca. Sólo los individuos con combinación aa tendrán ojos azules.
Pero si contamos el número de C´s y de a´s en la tabla, sigue existiendo la proporción 60-40. En la segunda generación hay 120 C´s y 80 a´s. El principio Hardy-Weinberg se cumple, las C´s y las a´s siguen estando en la misma proporción.
En la realidad esto no sucede: siempre existe una fuerza externa que cambia la proporción de los alelos en la siguiente generación.
En nuestro caso, por poner algunos ejemplos, la fuerza externa puede ser:
Que las hembras prefieran aparearse con los machos de ojos azules, en cuyo caso esos machos tendrán ventaja reproductiva sobre los demás.
Que exista escasez de recursos y algún fenotipo tenga ventaja reproductiva sobre los otros.
Que algunos individuos emigren y/u otros inmigren y esto provoque el cambio en la composición de la población.
La segunda figura muestra el caso en que las hembras tienden a aparearse con los machos de ojos azules en mayor proporción. El resultado es que la composición genética de la población cambia. En esta segunda tabla hay 99 C´s y 73 a´s. La proporción cambió a 57.5-42.5 en una sola generación. En otras palabras, la población evolucionó.
La gran conclusión de todo lo anterior es que la evolución es inevitable: es imposible impedir que suceda.
