La evolución es un proceso incremental
La evolución es un proceso incremental que trabaja sobre lo que ya existe. Es como un edificio que se va construyendo sobre una estructura anterior.
No inventa rasgos nuevos, sino que en base a los rasgos existentes, se suceden modificaciones dependiendo de las adaptaciones que los individuos vayan sufriendo.
Una pequeña modificación benéfica, que ofrece ventajas reproductivas sobre el resto de la población, y que se acumula sobre modificaciones sufridas en generaciones anteriores, puede dar como resultado en 500 ma diferencias tan grandes como las que hay entre un tiburón y un humano (ver figura anexa).
La figura muestra la radiación de los vertebrados a lo largo del tiempo, desde hace alrededor de 500 ma. En color aparece la línea de evolución de los humanos.
Cada rasgo del cuerpo humano tiene su origen en alguna adaptación sufrida por alguna especie en ese árbol, que dependió del medio en el que la especie vivía.
